miércoles, 30 de octubre de 2013

Buscando la fuente de inspiración

¿Por qué hacemos bonsai?

Posiblemente el acercamiento de cada uno de nosotros a éste noble y antiguo arte haya sido a través de una foto en un libro de jardinería, o por la visita casual a una exposición, o por encontrarnos con un espectacular ejemplar en un vivero o quizás por alucinar con la colección de un amigo. De cualquier manera lo que a todos nos une es la magia que nos proporciona el bonsái. El poder disfrutar de una naturaleza idílica en casa, con la que relajarte y desconectar de los problemas del día a día no tiene precio.
Recuerdo una vez en una exposición a un amigo que decía que era capaz de identificar al autor de cada uno de los bonsáis expuestos, ya que según mi amigo, el trabajo y la inspiración de cada uno es la firma al final del trabajo. Y puede que tuviera razón pero también es verdad que nuestra manera de trabajar puede ir cambiando con el tiempo. Por un lado, y es obvio que por la experiencia la calidad tiene que verse plasmada en el trabajo pero hay algo más que puede cambiar nuestra manera de trabajar y es sin duda nuestra fuente de inspiración.


¿Qué es lo que nos motiva al hacer bonsai?

Afortunadamente son muchas las fuentes de inspiración que podemos encontrar a nuestro entorno pero la más importante de ella es y será siempre la naturaleza. El poder adentrarnos en ella nos produce una mezcla de sentimientos y sensaciones que te hacen sentirte vivo, te llena de paz y te reconforta en los malos momentos. Viejos bosques de robles, juniperus y pinos azotados por el viento en la cima de una montaña rocosa, un viejo chopo en la ribera de un rio o incluso un antiguo olivo milenario.
Son muchos los detalles que nos ofrece la naturaleza que nos deben ayudar a la hora de hacer bonsái pero es curioso que la mayoría de los bonsáis que vemos en exposiciones tienen formas y angulos que jamás encontraríamos en la naturaleza. El bonsái lo que trata es de representar es una naturaleza idealizada y a veces exagerada. El bonsái es algo así como una caricatura estilizada de la naturaleza. Nebaris extremadamente grandes, gran conicidad, madera seca pintada de blanco, pisos, triangulaciones,… No es algo que vaya en contra natura ni mucho menos. Tan solo son tendencias o maneras de practicar bonsái. ¿Alguien se atrevería a decir cuál de estos dos olivos es mejor bonsái? Cada uno de ellos es genial en su estilo.









Aunque la montaña y la naturaleza deba ser nuestra primera fuente de inspiración, realmente rara vez es así y más nos dejamos influenciar por los trabajos de aquellos maestros de nuestro entorno, aquellos con los que hemos aprendido o aquellos que nos han sorprendido en una demostración de bonsái.

Otras veces la referencia es puramente artística buscando proporciones, curvas y equilibrios casi vanguardistas. Afortunadamente este tipo de referencia es de las menos populares ya que siempre debe prevalecer el carácter natural en cada trabajo.

En demasiadas ocasiones nos encontramos que hemos ido trabajando un bonsái durante años y llega un dia en que sin razón aparente lo vemos con otros ojos, desde otro ángulo y comenzamos a eliminar ramas cambiándole el diseño por completo y empezando prácticamente de cero.



A veces, y solamente con el tiempo y la experiencia nos atrevemos a seguir nuestro propio camino y estilo pero siempre debemos tener presente una referencia que nos muestre el camino a seguir a la hora de comenzar un nuevo proyecto.








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