viernes, 30 de mayo de 2014

El velero, Parte 1

El día en que me encontré con éste acebuche en un vivero especializado en bonsais me recordó a un velero por la forma de su poderosa madera seca. Azotado por el viento y surcando los mares. La verdad es que su estado era deplorable. Medio abandonado pero con gran potencial debido a lo pequeña de su hoja y sobre todo por la gran cantidad de madera en "bruto" que podría ser trabajada para darle el carácter y fuerza propio de los de su "raza".
Era un proyecto a largo plazo ya que había que comenzar desde cero a construir copa y madera. Decidí llevármelo a casa sobre todo por pena viendo el estado en el que estaba. Tras pactar un buen precio, le esperaba un mejor futuro.


Para empezar  su ramificación actual era un desastre. Con una estructura primaria a base de largos tramos rectos. Era como un bonsai encima de un tronco. Algo muy extraño y poco estético. Además de ello el vigor que mostraba no daba muchas confianzas. Y en parte podría ser debido a que durante años había estado el tronco estrangulado por un cable que sujetaba una placa con el número de identificación del ejemplar. Menos mal que esto parece no afectarle en su vigor. El presente trabajo consistirá en mejorar la madera mientras que se le abonará fuertemente para darle vigor a la copa, la cual habrá que comenzar desde cero, pero ya será el próximo año.

 Y buscando más defectos es cierto que se podía encontrar una bonita corteza cracelada pero el problema es que no se sabía donde estaba la vena viva que alimentaba la copa. Esto es un gran riesgo. Muchos aficionados prefieren dejar esa corteza seca pues en sí misma puede ser bonita pero es mejor limpiarla a conciencia y con la madera que encontramos abajo crear textura y formas incluso mejores que la de la corteza.
Y ¿por qué es necesario eliminar la corteza y marcar la vena viva? La respuesta es extremadamente obvia. Si no realizamos tal trabajo no sabemos con certeza por donde el árbol está vivo y poco a poco la parte muerta va avanzando hasta secar por completo el árbol. Debemos pues limpiar a conciencia y encontrar la parte viva y entonces realizar una herida limpia y precisa para provocar la realización de un cayo de cicatrización que aísle la parte viva de los tejidos muertos.  Sobre ésta herida se puede colocar pastas o bálsamos cicatrizantes. Yo particularmente no soy partidario de realizarlo en olivos y en casi ninguna especie como explico en otra entrada del blog: http://cartagenabonsai.blogspot.com.es/2013/10/sellar-o-no-las-heridas-teoria-de-la.html




Ahora ya se empieza a vislumbrar por donde circula la savia en éste árbol. A buen seguro si hubiésemos esperado a realizar éste trabajo un par de años es muy posible que éste árbol ya hubiera secado totalmente. Es un árbol viejo y la circulación de savia no es fuerte por lo que le costará cicatrizar más tiempo. Por ello hay que estar vigilante de que no vaya más atrás la parte viva y si lo hace de nuevo ir marcando una nueva herida hasta conseguir la cicatrización.

Aspecto del olivo tras el marcaje de la vena viva.
Siento no tener fotos de ambos lados pues finalmente el lado opuesto sería de momento el futuro frente. Pero ambos lados eran igual de sosos lo único que el lado opuesto ya tenía algunas zonas de madera seca con cierto caracter:


Punto de atención

En todo bonsai de gran porte siempre hay un punto en el cual se desvía la mirada del observador. Puede tratarse del nebari, una rama, un jin o el ápice. Todo bonsai tiene al menos un punto que destaca del resto. A veces en negativo. Cuantos más puntos de atención tenga un bonsai mayor será la calidad del mismo pues el ojo no sabe donde centrarse y aumenta entonces el deleite del espectador. En este acebuche me conformo con al menos poder crear uno y ya veremos si con el tiempo y el buen trabajo termina convirtiéndose en un gran bonsai. En éste caso voy a crear ese punto de atención en el gran Ten-jin terminal.

Llega el turno de las herramientas eléctricas. Taladro, mini amoladora de disco y mini amoladora recta. Brocas, discos y varias fresas como cincel para darle forma a ésta madera. Es un trabajo en varias etapas. Primera de ella, marcar el esbozo de por dónde iría el diseño final:

A la hora de trabajar con herramientas eléctricas el objetivo debe ser el intentar imitar a la naturaleza, cosa de partida imposible. Debemos trabajar siempre desde herramientas con mayor capacidad devastadora y poco a poco ir bajando hasta fresas y brocas más finas para terminar con un buen cepillado. Sobre todo debemos tener la precaución y finura de no cometer los siguientes errores:

1) Una madera válida para verla de lejos, pero con demasiados defectos. Se nota demasiado el trabajo de herramientas eléctricas.
2) Evitar la creación de ahuecados y formas lisas y cilíndricas. Totalmente anti natural. Debe haber zonas más irregulares.
3) Trabajar y romper en dirección opuesta a las vetas de la madera. Evitar tramos rectos y toscos. La imagen de abajo es el resultado de una demostración en un evento de caracter internacional. Sin palabras.

Posteriormente tendremos a un ayudante en el trabajo de la madera que será el paso del tiempo siempre y cuando le vayamos haciendo los respectivos tratamientos de mantenimiento y limpieza a la madera. El ejemplo de abajo se puede ver como a mejorado la madera de éste olivo propiedad de German Gómez (Medibonsai) desde que fué expuesto en 2009 en el Congreso Europeo hasta ahora en 2014.

Pero sigamos con el velero. Tocaba seguir con su diseño pero tuve la noticia de que Salvador De Los Reyes vendría por Cartagena, así que decidí dejárselo a él para que me abriera camino con su buen hacer y su Makita. Experto en sabinas y todo un artista con la madera seca. Aqui un ejemplo de su trabajo, "El melón"
http://bonsallal1.blogspot.com.es/2014/04/abrir-el-melon.html

Makita en mano comienza el trabajo de esculpir la madera;


Resultado final del trabajo marcado por Salvador. Ya se empieza a vislumbrar el gran potencial de este acebuche. 

Desgraciadamente en una jornada de trabajo y teniendo que atender la evolución de otros árboles aún faltaba mucho trabajo de detalle a éste olivo. Y ésto ya me tocó a mi. 

Al detalle


Es para mi siempre apasionante darle carácter y detalle a una madera con apariencia artificial. Como bien dice Salvador, si una madera no la puedes mejorar no la toques y eso es lo que ocurría en la parte central de éste olivo. Había una zona de madera muy bonita y con mucho carácter, pero en cambio en los extremos el acabado contrastaba mostrándose muy artificial.

Parte central bonita:
Extremos a mejorar:



El objetivo, intentar que estas zonas adquieran el carácter de la zona central. Para ello me encomiendo a la tecnología de Proxxon y a mi intuición. No puedo ponerme a crear curvaturas ni giros espectaculares pues debo trabajar en el sentido de las vetas de la madera lo que me obliga a romper y rasgar en la misma dirección. 

Voy rasgando la madera para intentar transmitir fragilidad en ella sobre todo en la zona superior, la más expuesta. Una gran duda que tuve fue la de romper o no la continuidad del arco superior (el punto de atención). Finalmente me decidí a hacerlo consiguiendo si cabe más dramatismo en esa zona.

Buen cepillado y limpieza con agua a presión para después pintar con polisulfuro de cal. Antes y después del trabajo de detalle:




Antes y después del trabajo:
Con la luz del amanecer:
Y jugando con el PhotoShop imaginándonos como puede ser su futuro en unos años. Y por cierto que se admiten alternativas de diseño del verde. Hacérmelas llegar a ramavi12@yahoo.es

Gracias por seguir mi trabajo y un saludo!!




lunes, 5 de mayo de 2014

De palo a bonsai

Sin duda a la hora de comenzar un nuevo proyecto nuestro objetivo es alcanzar algo bello e impactante. Un prebonsai es algo más que un lienzo en blanco. A parte del material con el que partimos, mejor o peor está siempre la incógnita de como evolucionará en el futuro. Y además es un lienzo en tres dimensiones. Yo siempre digo que no hay árbol malo. Todo árbol (o casi todo), con buen trabajo puede llegar a convertirse en un bonito bonsai. Está claro que si partimos de un material como el de la imagen de arriba el camino se antoja bastante claro (siempre y cuando se sepa lo que se hace). Ahora bien, si se parte de un "palo" la cosa está más complicada:
Este proyecto empieza en 2007 cuando acodé la rama de un olivo. Era un proyecto complejo. Intentar hacer de esa simple y cilíndrica rama un bonsai que pudiera ser expuesto en un evento a nivel nacional. El tema de llevarlo a la "kokufu-Ten" ya lo descartaba de inicio, pero el reto me gustaba.
Por motivos varios tuve que plantar en maceta ese acodo antes de lo que le hubiera tocado para poder desarrollar un mayor número de raices, pero tratándose de un olivo no habría demasiado problema. Abajo ya plantado en maceta:
Le reduje la longitud del tronco para hacer algo compacto. Posteriormente me arrepentí de haberlo realizado ya que podría haber aprovechado para hacer más madera seca, pero a toro pasado,...
Éste era pues el prometedor material de partida. El truco a la hora de hacer bonsai es siempre potenciar las virtudes y disimular los defectos. ¿Sus virtudes?, NINGUNA, ¿sus defectos?, tronco con corteza lisa y totalmente cilíndrico, sin apenas movimiento ni conicidad. No hay ramificación y hojas a priori demasiado grandes para el porte del futuro bonsai. "Si estás duro yo tengo tiempo" (le dijo el perro al hueso).

De momento tocaba cultivar el acodo y fortalecerlo. Buen cultivo en sustrato drenante (akadama y grava), buena agua de osmosis y sólo cuando comenzó a brotar con fuerza se le aplicó abono.

Primer maquillaje de defectos: El tronco liso y cilíndrico
Había que darle carácter y personalidad a ese simple tronco y en un olivo no hay mejor camino que crear madera seca donde no la hay. Primero siempre descortezar  ahí donde queremos y dejar secar antes de trabajarla con herramientas eléctricas.
Y una vez seca la madera ya podremos comenzar a esculpir (o más bien tallar). Decidí quedarme con un sólo brote que nacía en la parte interior de la curva para darle equilibrio,....

Cultivo y más cultivo sin preocuparme por su diseño. Agua, sol, abono, invierno, primavera, verano,....y más agua, sol y abono.


Pasaron un par de años y ya decidí ponerla en una maceta de bonsai, aunque profunda ya que el nebari se iba muy abajo y no era muy prometedor. En un futuro se podría buscar algo más acorde. Y a vueltas con el diseño en 2012, decidí por fín cual iba a ser su futuro. Lo iba a centrar en el lado izquierdo para darle mayor movimiento. Comienza la etapa de ramificación:
Aqui ya se intuye por donde va a ir el diseño final.
2012 y 2013 son dos años en los que me tomo más enserio el trabajo de ramificación. Pinzar, defoliar y alambrar. Después aclarado de brotes, más pinzado, defoliado y alambrado. Vamos, un no acabar.

Y llegamos a 2014, siete años después de comenzar con éste proyecto

Y es posible que no vaya a ir a un gran evento ni gane ningún premio, pero doy por cumplido mi objetivo


Aún le falta compactar más y reducir aún más el tamaño de sus hojas. Dejo para el próximo año el trasplante a una maceta más acorde. ¿Alguna sugerencia?