jueves, 29 de enero de 2015

Diez años no son nada


Hace un año cayó en mis manos un acebuche con gran potencial. Tras un trueque pasó a formar parte de mi colección y apuntaba maneras desde ya. El de abajo es su aspecto cuando ha llegado a casa con el frente que se estaba trabajando por su anterior propietario:
Destaca por el moviento de su tronco, su madera y el pequeño tamaño de sus hojas (tipico en los ullastres mallorquines). Y también por la posición de su copa. Posiblemente si lo hubiera trabajado yo desde un inicio no le habría dado el diseño actual. Sin duda el resultado alcanzado es muy bueno pero si nos fijamos bien en la parte trasera se trata de un "engaño visual". Hay una rama que baja y vuelve a subir por atrás para poder formar ese ápice. Es algo así como un "tanuki" sin serlo realmente.
No es mi estilo pero el aspecto actual es el resultado de años de trabajo y la idea no es mala así que he decidido mantener el diseño. Lo que no voy a mantener es la primera rama de la derecha en la que su anterior propietario pretendía a través de un chupón aumentar el verde. La verdad es que no me gusta la idea pues creo que se sale del equilibrio del árbol.
Bueno, pero antes de seguir con mi trabajo toca rebobinar y ver como era éste arbol en sus inicios. Pues hasta yo me sorprendí. Lineas arriba dije que por el tamaño de sus hojas me parecía un ullastre mallorquin, pero lejos de la realidad se trata de un acebuche malagueño. En una visita a casa de Salvador De Los Reyes lo reconoció como uno de los árboles que el había trabajado. Concreta mente en 2009. Y aquí van unas fotos de sus inicios, con su primer dueño. Creo que fué "recuperado" en 2005.


El diseño de la copa se lo dio Miguel Angel Gonzalez. Un tanto raro pero acertado, sin duda. Abajo puede verse el excepcional trabajo de Salvador De Los Reyes con la madera.






Después el árbol pasó a manos de Erasmo García y de allí a Torrevieja. Todo un trotamundos para al final terminar en mi colección. A partir de aquí podéis ver el trabajo en el último año en mi casa.


A mi juicio toca centrarse en la copa de la izquierda para terminar de definirla y volver al frente original que se propuso en Malaga. Ahora mismo había que realizarle un aclarado para fomentar una nueva brotación y a la vez eliminar ramas mal situadas y tambien había que retirar algunos alambres que comenzaban a marcarse.
Por cierto que su anterior dueño me dijo que la vigilara pues había tenido problemas de termitas. Hoy trabajándola con detalle me he encontrado con unos cuantos visitantes paseando por su madera.


Afortunadamente no son termitas sino hormigas. La diferencia está en que las termitas no tienen una cintura tan acentuada como las hormigas y que las antenas de éstas últimas muestran un quiebre mientras que las de las termitas son rectas. En la imagen inferior, a la izquierda una obrera de hormiga y a la derecha de termita.
No son un problema grave aunque tampoco lo serían las termitas pues terminan trabajando la madera de una manera muy natural, aunque es mejor controlarlas a ambas. Un par de tratamientos con imidacloprid y listo.

Pero el problema más grave que me he encontrado con éste árbol ha sido que no estaba correctamente marcada la vena viva y por tanto no existía un correcto labio de cicatrización. Es un factor que muchos aficionados pasan por alto pero es de vital importancia. Si no marcamos correcta y limpiamente la diferencia entre la parte viva y la muerta corremos el riesgo que de la parte muerta vaya avanzando sin que lo apreciemos hasta que llega un día en el que el paso de la savia puede detenerse secando ciertas ramas o todo el árbol. En arboles tan viejos como éste y con venas tan estrechas es de vital importancia actuar a tiempo. En éste árbol no se había producido labio de cicatrización y lo que es peor, se había puesto erróneamente pasta cicatrizante para supuesta mente favorecer la cicatrización, pero sin éxito. Debajo de esa pasta solo había corteza seca. Los que me hayais leido en otros artículos sabréis que no soy nada partidario de éste tipo de prácticas. Para más información sobre éste tema os invito a leer éste artículo: Teoría de la compartimentalización.

 Lo que toca es realizar una nueva herida con una herramienta bien afilada. Puede funcionar muy bien un cuchillo de injertar. Tras la nueva herida se favorecerá la formación del labio de cicatrización. En la imagen inferior se puede observar de que poco sirvió la pasta selladora. Fue aplicada en la parte superior pero es la linea roja la que marca la vena viva real.





Tras marcar la vena viva:



Y ahora un pequeño retoque a un par de zonas en la madera muerta. Es un trabajo ligero que sólo con el paso del tiempo mejorará alcanzando más naturalidad.


Adios a ésta rama:

Y tras el pertinente aclarado de ramas en verano
Ahora tocaba retocar el genial trabajo de Salvador De Los Reyes con la madera seca, pues había algunos puntos a pulir. Les faltaba naturalidad.








Y tras el retoque (aún le falta envejecer):






y un defoliado antes del inicio de la primavera, éste es su aspecto actual:

Puede llegar a ser un muy buen ejemplar. El tiempo lo dirá.

Sobran las palabras. El lentisco de Iker

Una de fotos sobre la evolución de éste lentisco que va madurando poco a poco. Desde 2010 a 2015.
Más sobre su evolución aqui:
http://cartagenabonsai.blogspot.com.es/2013/10/el-lentisco-de-iker.html