martes, 29 de abril de 2014

Despertar de un Fresno


La historia de éste fresno comienza hace 16 años. Hallá por 1998 fué plantado en suelo por el autor de su tronco. Josep Mª Miquel. Siento decir que no dispongo de fotos de aquella época pero sí que os puedo asegurar que comenzó siendo un simple plantón como el de la imagen:
y fue cultivado y engordado en suelo de manera magistral por Josep Mª durante nada más y nada menos que 10 años. Y no se trata únicamente de colocar ese plantón en tierra, abonarlo y regarlo. En bonsai no. Lo que se busca es crear una buena base, conicidad en el tronco y una rugosa corteza. Josep Mª Miquel (del cual me siento orgulloso discipulo y amigo) es casi más japones que catalán por su filosofía de vida y por el esmero y buen hacer de sus trabajos. Tiene muy claro cuales son los tiempos y tareas a la hora de hacer un bonsai y prueba de ello es éste fresno que os presento.

Me lo regaló en el verano de 2010. Había estado una década engordando en campo y dos años en su jardín enraizando y adaptándose a vivir en maceta. Bueno, en éste caso en una caja de fruta. Josep Mª las suele utilizar con éxito para enraizar utilizando como sustrato 100% pomice. El problema es que el drenaje es muy alto por lo que se requiere un ambiente para su cultivo con humedad alta y abundante riego. Como las condiciones en mi patio no eran las mismas que en su jardín, y más teniendo en cuenta que vino en pleno mes de agosto decidí cubrir los laterales de la caja con plástico para controlar un poco la humedad en el sustrato.

Ahora, y después de tanto trabajo bien hecho llegaba a mis manos con la responsabilidad por mi parte de intentar convertirlo en un buen bonsai. Aunque la verdad es que era el primer fresno de mi colección. Antes de ver mi trabajo conozcamos un poco más a ésta especie.

En concreto se trata de un Fraxinus angustifolia, especie abundante en la península ibérica. Curiosamente es de la misma familia que el olivo (Oleaceae) aunque poco tiene que ver con éste. Es de hoja caduca y le gusta vivir en frescos bosques de ribera junto a chopos y olmos. No es una especie muy habitual en el mundo del bonsai. Quizás culpa de ello sean sus grandes hojas compuestas y su ramificación un tanto basta para un caduco. Realmente pocos fresnos en bonsai he visto. Uno de los mejores es éste de Walter Pall:

 Un árbol muy bonito y natural aunque con el contrapunto de tener unas hojas des proporcionadamente grandes.
Lo mejor de ésta especie es su rápido crecimiento y engorde aunque es cierto que en climas calurosos en pleno verano no lo pasa del todo bien. Hay que estar muy encima de su riego pues es muy fácil la aparición de quemados en sus hojas ante un descuido.

Después de realizar una selección de ramas éste era el aspecto de mi fresno en su primer invierno conmigo. Sin duda prometedor. Un excelente tronco con gran conicidad y una rugosa corteza que le daba mucho caracter. Prueba del buen trabajo realizado en campo eran las escasas cicatrices y las pocas que tenían estaban perfectamente cicatrizadas dandole si cabe más solera a éste fresno:

Decidí reducirle el ápice y posicionar la que sería su ramificación primaria con un buen alambrado. A la vez le tocó trasplante a una maceta de bonsai de entrenamiento. Por supuesto no sería la maceta definitiva, tan sólo una de entrenamiento.

El despertar en primavera de los fresnos es muy temprano. Es de los primeros en despertar en mi jardín. A finales de febrero ya comienza a hinchar sus grandes yemas.
El objetivo es construir un árbol de aspecto natural pero sin dejar de ser un bonsai. Siendo un árbol de hoja caduca no caben aquí fuertes y tiranas triangulaciones marcando pisos perfectos, tal cual éste (del cual desconozco su autor):
Podas y pinzados y buen cultivo es lo que tocaba a partir de ahora. Pero otra de las premisas que me marcaba era la de reducir el tamaño de sus hojas. ¿Y cómo conseguirlo? Tan sólo dos herramientas para ello. Por un lado el abono y por el otro el defoliado parcial.

Su aspecto un año después:

El abonado debía ser muy bajo en nitrógeno para evitar entrenudos largos y hojas excesivamente grandes y además fuí practicando al menos un par de defoliados parciales cada año. ¿Y en que consiste el defoliado parcial? Como en el fresno nos encontramos con hojas compuestas de varios foliolos lo que yo hago es partirlas y dejar tan sólo el último par de foliolos en cada hoja. De ésta manera, por un lado el aspecto del árbol es transitoriamente mejor (hasta que vuelven a aparecer hojas nuevas) aunque ese no es el objetivo de ésta técnica. Lo que realmente se consigue es que al reducir el follaje el árbol vuelve a brotar aumentando de manera exponencial el número de ramas y de nuevas hojas. Al haber más hojas el árbol no se puede permitir el lujo de darles un tamaño "normal" pues sus raices no darían a basto para poder satisfacer su consumo por lo que las nuevas hojas serán siempre más pequeñas.
Aspecto después del defoliado parcial:

Y vuelta a brotar:
Los frutos en el trabajo de ramificación ya comienzan a observarse en diciembre de 2013. Realmente tengo dudas de cual de los dos posibles frentes me gusta más:

Y llega la primavera y vuelve a despertar

 Ahora sí el tamaño de sus hojas es el apropiado y comienza a ser un gran ejemplar 16 años después de que comenzara a partir de un humilde plantón de vivero.

Evolución del trabajo de ramificación desde finales de 2010 hasta la primavera de 2014:

martes, 22 de abril de 2014

Thierry Font, avec le sourire

Esta es una entrada en mi blog que nunca hubiera querido escribir, y sin embargo no puedo dejar de hacerlo. Se ha ido un grande del bonsai, una gran persona y un amigo. Tuve el placer durante 6 años de coincidir prácticamente cada més con él en el trabajo durante una semana. Puedo decir que todos los que trabajábamos con él esperábamos con ansias el día que él aparecía por allí por que era difícil que no te recibiera con una sonrisa. A pesar de los problemas todo para él era optimismo y alegría. Avec le sourire. Thierry Font era una persona tímida para los que no le conocían pero en las distancias cortas era una placer estar junto a él. Y no sólo por lo que podías aprender sobre bonsai.
Junto a él y Josep Mª Miquel he podido aprender mucho sobre éste maravilloso mundo y no sólo cuando hablábamos de bonsai. Thierry es un artísta reconvertido al mundo del bonsai y afortunadamente nos quedan sus grandes árboles, que seguro estarán a buen cuidado y sobre todo nos queda a los que hemos tenido el placer de conocerlo nos quedan grandísimos y dulces recuerdos.

Descanse en paz Thierry y seguro que por allí arriba te esperan con los brazos abiertos al igual que te esperábamos los amigos.






jueves, 17 de abril de 2014

Trabajando la madera



En los últimos años el bonsái ha vivido una especial revolución gracias al trabajo de grandes maestros como Masahiko Kimura que han marcado tendencias al combinar de manera armónica la parte viva del árbol con la madera muerta con resultados espectaculares. Voy a intentar mostrar en éste artículo como trabajar con éxito la madera de vuestros bonsáis. Son pequeños apuntes sobre las distintas técnicas a utilizar apoyados por ejemplos gráficos y video. No perdáis detalle.

En el trabajo de la madera muerta, como casi en todo en bonsái existen diversas escuelas con demasiadas críticas recíprocas. Las hay que basan su trabajo en herramientas mecánicas y las hay que prefieren trabajar casi exclusivamente de una manera más artesanal a base de gubias, martillo y cepillo.  Son muchas las técnicas y herramientas que podemos tener a nuestro alcance y es bueno conocerlas todas y poder aplicar la adecuada en según qué trabajo. Lo más importante es conseguir un buen equilibrio entre la parte viva y la muerta y sobre todo transmitir dramatismo y  naturalidad en nuestros trabajos.

Es impresionante el acabado que adquiere la madera de manera natural con el paso de los años y la exposicion a las inclemencias meteorológicas. Abajo el ejemplo en un almendro. Nuestro objetivo no debe ser otro que el de tratar de imitar el trabajo de la naturaleza.


Pero antes de conocer las herramientas y técnicas es más importante saber que es lo que no debemos hacer nunca al trabajar la madera:







·         La madera muerta debe guardar un equilibrio con la parte viva y con el conjunto del bonsái.
·         Nuestros trabajos deben transmitir naturalidad. El resultado final debe parecer fruto del desgaste del sol, lluvia, viento, frio, calor y sobre todo del paso de los años.
·         Debemos evitar trazos simétricos o demasiado lisos. Debe ser un trabajo desordenadamente ordenado.
·         Hay que estudiar el movimiento natural de las vetas y no ir encontra de ese movimiento. Los resultados serían catastróficos.
·         No debemos descuidar la madera una vez trabajada. Hay que limpiarla y protegerla cada temporada. Sobre todo las maderas más blandas

Principales técnicas:

A base de gubia, cincel y martillo.


Ésta técnica consiste en ir desgajando la madera progresivamente siguiendo las vetas consiguiendo un acabado muy natural. Con la gubia, cincel y la ayuda de un martillo se va rompiendo la madera por aquellas zonas que queremos reducir y con la ayuda de unas tenazas se van arrancando los trozos de madera. Nos podemos ayudar en ésta técnica de tijeras cóncavas. El principal inconveniente de ésta técnica es que las raíces pueden verse dañadas en el proceso al transmitir tantos golpes y tirones al bonsai. El tronco debe estar firmemente sujeto. Además, ésta técnica no permite al artista grandes detalles de definición.

Amoladoras y Fresadoras



Una técnica bastante impopular entre los más puristas del bonsái ya que es difícil dominar ésta técnica para conseguir resultados casi naturales. Existen multitud de fresas, brocas y discos en el mercado a nuestro alcance según el nivel de definición que queramos alcanzar. Es una técnica con la que se pueden llegar a alcanzar resultados tremendamente espectaculares en muy poco tiempo pero debemos trabajar con la mentalidad de imitar a la naturaleza y dejarnos llevar por la dureza, textura y movimiento de la madera que estamos trabajando. Es una técnica especialmente indicada para pequeños trabajos de madera en los que es muy importante alcanzar gran nivel de detalle en muy poco espacio. Pero tambien en trabajos de mayor entidad siempre y cuando se trabaje correctamente. Lo ideal es comenzar con herramientas con mayor capacidad de desvaste e ir bajando progresivamente hasta terminar con un buen cepillados.
VER VIDEO:






Definición y limpieza de la madera

Sea cual sea la técnica que empleemos el paso siguiente siempre debe ser el mismo. Hay que eliminar las imperfecciones de nuestro trabajo a base de una buena sesión de cepillado, pudiendo ser éste a base de un cepillo manual o acoplado a herramientas eléctricas. Es siempre recomendable ir pulverizando con agua las zonas a cepillar. Los resultados serán mucho mejores que si lo hacemos en seco. Hay quien utiliza agua enjabonada pero yo prefiero hacerlo con agua solamente.

También puede utilizarse fuego mediante un soplete para ir eliminando fibras y restos de madera podrida en aquellas zonas en las que es dificil llegar con el cepillo.


Posiblemente el cepillado sea la técnica más a nuestro alcance pero tenemos que tener presente que existen otras técnicas de limpieza y mantenimiento de la madera con resultados casi mágicos como es el chorreo con arena o micro chorro de agua a presión. En éstos casos los resultados son espectaculares.

Mantenimiento

El trabajo no acaba aquí. La limpieza de la madera debe ser un trabajo a revisar cada temporada y que podemos planificar por ejemplo en invierno y en pleno verano, épocas en las que poco más podemos hacer con nuestros bonsáis.  Debemos vigilar las partes podridas e ir saneando la madera para evitar que avance la degradación siempre con continuos cepillados o si está a nuestro alcance mediante el chorreo a presión.


En el mantenimiento de la madera de nuestros bonsáis también existe controversia sobre la utilización o no de productos “blanqueantes”. Hablamos del polisulfuro de cal que ha resultado ser un excelente aliado para el bonsaista para proteger la madera de nuestros árboles con el añadido que le da un característico color blanco que la hace destacar aún más de la parte viva. Ciertamente es un acabado que transmite poco de naturalidad y que es más adecuado estéticamente para juníperos y pinos mientras que por ejemplo para árboles de hoja caduca los resultados no son nada apropiados. Un cepillado continuo debe ser suficiente para el mantenimiento de la madera, pero también se pueden aplicar colorantes como la ceniza al polisulfuro para mitigar ese llamativo color blanquecino. Debemos encontrar un equilibrio entre la protección y mantenimiento de la madera con la naturalidad de la obra.

Y otro aspecto esencial en el mantenimiento de la madera es el de asegurarnos que se está generando un labio de cicatrización en la zona de transición entre la parte viva y la muerta. Es de vital importancia vigilar éste aspecto porque puede ocurrir que donde creamos que hay vena viva realmente esté avanzando la parte muerta. En éstos casos lo mejor es realizar una nueva herida limpia y concisa para asegurarnos que se produzca la cicatrización.
Es sin duda un técnica fascinante y de la que os iré mostrando en éste blog algunos de mis trabajos. Permite transformar materiales sin atractivo alguno en piezas únicas. Por ejemplo éste sencillo olivo:

Otros ejemplos: