En los últimos años el bonsái ha vivido una especial
revolución gracias al trabajo de grandes maestros como Masahiko Kimura que han
marcado tendencias al combinar de manera armónica la parte viva del árbol con
la madera muerta con resultados espectaculares. Voy a intentar mostrar en éste
artículo como trabajar con éxito la madera de vuestros bonsáis. Son pequeños
apuntes sobre las distintas técnicas a utilizar apoyados por ejemplos gráficos
y video. No perdáis detalle.
En el trabajo de la madera muerta, como casi en todo en
bonsái existen diversas escuelas con demasiadas críticas recíprocas. Las hay
que basan su trabajo en herramientas mecánicas y las hay que prefieren trabajar
casi exclusivamente de una manera más artesanal a base de gubias, martillo y
cepillo. Son
muchas las técnicas y herramientas que podemos tener a nuestro alcance y es
bueno conocerlas todas y poder aplicar la adecuada en según qué trabajo. Lo más
importante es conseguir un buen equilibrio entre la parte viva y la muerta y
sobre todo transmitir dramatismo y
naturalidad en nuestros trabajos.
Es impresionante el acabado que adquiere la madera de manera natural con el paso de los años y la exposicion a las inclemencias meteorológicas. Abajo el ejemplo en un almendro. Nuestro objetivo no debe ser otro que el de tratar de imitar el trabajo de la naturaleza.
Es impresionante el acabado que adquiere la madera de manera natural con el paso de los años y la exposicion a las inclemencias meteorológicas. Abajo el ejemplo en un almendro. Nuestro objetivo no debe ser otro que el de tratar de imitar el trabajo de la naturaleza.
Pero antes de conocer las herramientas y técnicas es más
importante saber que es lo que no debemos hacer nunca al trabajar la madera:
·
La madera muerta debe guardar un equilibrio con
la parte viva y con el conjunto del bonsái.
·
Nuestros trabajos deben transmitir naturalidad.
El resultado final debe parecer fruto del desgaste del sol, lluvia, viento,
frio, calor y sobre todo del paso de los años.
·
Debemos evitar trazos simétricos o demasiado
lisos. Debe ser un trabajo desordenadamente ordenado.
·
Hay que estudiar el movimiento natural de las
vetas y no ir encontra de ese movimiento. Los resultados serían catastróficos.
·
No debemos descuidar la madera una vez
trabajada. Hay que limpiarla y protegerla cada temporada. Sobre todo las
maderas más blandas
Principales técnicas:
A base de gubia,
cincel y martillo.
Ésta técnica consiste en ir desgajando la madera progresivamente
siguiendo las vetas consiguiendo un acabado muy natural. Con la gubia, cincel y
la ayuda de un martillo se va rompiendo la madera por aquellas zonas que
queremos reducir y con la ayuda de unas tenazas se van arrancando los trozos de
madera. Nos podemos ayudar en ésta técnica de tijeras cóncavas. El principal
inconveniente de ésta técnica es que las raíces pueden verse dañadas en el
proceso al transmitir tantos golpes y tirones al bonsai. El tronco debe estar
firmemente sujeto. Además, ésta técnica no permite al artista grandes detalles
de definición.
Amoladoras y
Fresadoras
Una técnica bastante impopular entre los más puristas del
bonsái ya que es difícil dominar ésta técnica para conseguir resultados casi
naturales. Existen multitud de fresas, brocas y discos en el mercado a nuestro
alcance según el nivel de definición que queramos alcanzar. Es una técnica con
la que se pueden llegar a alcanzar resultados tremendamente espectaculares en
muy poco tiempo pero debemos trabajar con la mentalidad de imitar a la
naturaleza y dejarnos llevar por la dureza, textura y movimiento de la madera
que estamos trabajando. Es una técnica especialmente indicada para pequeños
trabajos de madera en los que es muy importante alcanzar gran nivel de detalle
en muy poco espacio. Pero tambien en trabajos de mayor entidad siempre y cuando se trabaje correctamente. Lo ideal es comenzar con herramientas con mayor capacidad de desvaste e ir bajando progresivamente hasta terminar con un buen cepillados.
VER VIDEO:
Definición y limpieza
de la madera
Sea cual sea la técnica que empleemos el paso siguiente
siempre debe ser el mismo. Hay que eliminar las imperfecciones de nuestro
trabajo a base de una buena sesión de cepillado, pudiendo ser éste a base de un
cepillo manual o acoplado a herramientas eléctricas. Es siempre recomendable ir
pulverizando con agua las zonas a cepillar. Los resultados serán mucho mejores
que si lo hacemos en seco. Hay quien utiliza agua enjabonada pero yo prefiero hacerlo con agua solamente.
También puede utilizarse fuego mediante un soplete para ir eliminando fibras y restos de madera podrida en aquellas zonas en las que es dificil llegar con el cepillo.
Posiblemente el cepillado sea la técnica más a nuestro
alcance pero tenemos que tener presente que existen otras técnicas de limpieza
y mantenimiento de la madera con resultados casi mágicos como es el chorreo con
arena o micro chorro de agua a presión. En éstos casos los resultados son espectaculares.
Mantenimiento
El trabajo no acaba aquí. La limpieza de la madera debe ser
un trabajo a revisar cada temporada y que podemos planificar por ejemplo en
invierno y en pleno verano, épocas en las que poco más podemos hacer con
nuestros bonsáis. Debemos vigilar las
partes podridas e ir saneando la madera para evitar que avance la degradación
siempre con continuos cepillados o si está a nuestro alcance mediante el
chorreo a presión.
En el mantenimiento de la madera de nuestros bonsáis también
existe controversia sobre la utilización o no de productos “blanqueantes”.
Hablamos del polisulfuro de cal que
ha resultado ser un excelente aliado para el bonsaista para proteger la madera
de nuestros árboles con el añadido que le da un característico color blanco que
la hace destacar aún más de la parte viva. Ciertamente es un acabado que
transmite poco de naturalidad y que es más adecuado estéticamente para
juníperos y pinos mientras que por ejemplo para árboles de hoja caduca los
resultados no son nada apropiados. Un cepillado continuo debe ser suficiente
para el mantenimiento de la madera, pero también se pueden aplicar colorantes como
la ceniza al polisulfuro para mitigar ese llamativo color blanquecino. Debemos
encontrar un equilibrio entre la protección y mantenimiento de la madera con la
naturalidad de la obra.
Y otro aspecto esencial en el mantenimiento de la madera es el de asegurarnos que se está generando un labio de cicatrización en la zona de transición entre la parte viva y la muerta. Es de vital importancia vigilar éste aspecto porque puede ocurrir que donde creamos que hay vena viva realmente esté avanzando la parte muerta. En éstos casos lo mejor es realizar una nueva herida limpia y concisa para asegurarnos que se produzca la cicatrización.
Es sin duda un técnica fascinante y de la que os iré mostrando en éste blog algunos de mis trabajos. Permite transformar materiales sin atractivo alguno en piezas únicas. Por ejemplo éste sencillo olivo:
Otros ejemplos:
muy buena la explicacion, gracias por ilustrarnos...
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