Hoy os quiero mostrar un trabajo muy sencillo aunque sorprendente por el resultado final. Son muchos los proyectos que cambian de rumbo a mitad de camino y ejemplo de ello es éste junípero:
Éste es el resultado final pero veamos cual es la historia de este simple, aunque coqueta sabina.
Los asiduos a mi blog (que se que sois muchos) posiblemente recordarán una antigua entrada sobre un Tanuki. "El císne tanuki"
Este proyecto de tanuki comenzó en 2008:
En 2011:
En 2012:
Y 2013, casi esbozando su definitivo diseño:
Pero después de más de 6 años de cultivo no terminaba de convencerme como se estaba integrando la parte viva con la madera. El conjunto no resultaba nada armónico. Lo mejor que tenía esa madera era sus parte terminal pero en la parte media estaba prácticamente podrida. Tenía claro que tocaba un cambio en el proyecto. Y aunque estaba convencido de que lo mejor iba a ser eliminar toda la madera acoplada y olvidarme de hacer un mal tanuki, decidí no obstante ir eliminando la madera poco a poco para ver cual era el resultado:
Esta podría ser la opción para trabajar un "Tanuki shoin" más compacto pero el acople no era lo suficientemente bueno para mi gusto, así que a dejar a esa sabina "desnuda" por primera vez desde que era apenas un pequeño esqueje.
El resultado después del desacoplamiento nos dejaba a la vista a una pequeña itoiwaga. Dejó atrás el cartel de falso bonsai (tanuki) para convertirse en un verdadero bonsai,......un momento?? pero,.....Qué es ese jin que sale en el ápice???? De donde ha salido????? Vaya por Dios!!, ......Parece que no pude evitar la tentación de crear algo falso y se me ocurrió que quizás podría ir bien ese jin-acoplado para desviar un poco la atención de ese sencillo y fino tronco. Pero vamos a ver, me decido a olvidarme del proyecto de bonsai y termino haciendo otro bonsai falso????? ......Por favor!! Unos meses más tarde ese jin iba fuera y éste era su aspecto después de un aclarado tras su vigorosa brotación:
Un poco de alambre y un retoque a los sharis y así va tomando forma de un verdadero bonsai con todas sus letras:
Obviamente esa maceta no es la más apta para las dimensiones de su fino tronco. Le vendría bien algo más estilizado. Afortunadamente entre mis estantes tengo la candidata ideal. Una piedra procedente de uno de los volcanes que tenemos por la Comarca de Cartagena. Allí se encuentran piedras y kuramas realmente espectaculares, aunque hay que buscar bien. Afortunadamente estos volcanes llevan unos cuantos millones de años inactivos,....y que sigan.
Y éste es el fotomontaje de como quedará en la próxima primavera tras el correspondiente trasplante. Sin duda no será un árbol que gane concursos, pero después de tantos años le voy cogiendo cariño como al que más.